6/18/2008
Boca pequeña, quince tragos para terminar, eternizar un café en taza diminuta.
Alargar lo de todos los dias, inclinarse para comprobar que ya no queda nada.
Con la mirada sujeta en los posos lee la angustia del cansancio.
Estira las piernas cruzadas y vuelve a mirarse delante del espejo, sin enfocar para no resaltar ausencias y salir, de nuevo, como cada mañana, con el ahogo de la añoranza, y la indiferecia que envalentona las carencias
3 comentarios:
pues acostúmbrese a mojar un cruasán o algo eh? que los posos no nutren nada, y le noto algo baja de energías :)
Quizá debería mojar algo, que por cierto nunca es café, lo convierto en colacao-grumos
Últimamente no me encuentro muy bien ni sé qué debo mojar en el café
cómo van esos desayunos? ánimooo!!
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