Quiero una caja llena de ojos nuevos

6/24/2008



Al abrir el cajón una mañana, encontré dentro lo menos 20 cuervos de oscuros colores haciendo sus nidos. Les veía agruparse por parejas, salir a volar por la casa, recolectando mis objetos favoritos para decorar sus malolientes nidos…

Y te pregunté: Por qué tenemos un cajón lleno de cuervos? No quiero cuervos, no me gustan, huelen mal

Y me respondiste…¿pero no ves que no son cuervos? Son mariposas, de la familia de los lepidópteros y yo no los he traído aquí. O no me acuerdo, ni siquiera les conozco…

Pero se sabia los nombres de todos, conocía el tipo de alimentación de cada uno, las alergias… Mientras tanto les veía posarse en tus hombros cuchichearte cosas, posarse en tus brazos y te veía sonreír mientras repetías…No son cuervos….

Te pedí que te deshicieses de ellos, que lo hiciésemos juntos, y una semana más tarde me los encuentro escondidos en la bañera tapados con mi ropa. Yo no quería cuervos ni mariposas, no quería nada. Y tú mirando fijamente la bañera me decías: Pues yo no veo nada. -De verdad no ves sus cagadas en la pared? -No, nada de nada, no veo nada, los eché a todos hace meses…

¿Quizá yo alucinaba?

Fotografié a los lepidópteros, les seguí de cerca y envié toda una carpeta de documentos y cajitas con muestras a especialistas córvidos..que me dijeron: Son cuervos. Como puedes vivir con todo esto?

Con pruebas e informes mostrando la realidad te los enseñé, te dije…Ves como eran cuervos! Y me contestaste…Bueno, pues si tu lo dices, serán cuervos, serán lo que tu quieras que sean si eso te satisface…¿pero por qué no sonríes? Por que no pasas de ellos? Estoy harto de verte llorar..¿ por qué no pruebas a vendarte los ojos y seguimos todos juntos?

Porque no me gustan los cuervos, porque jamás los traje ni los quise, porque mentías prometiendo que te los llevarías y solo los disfrazabas con alas de mariposa. Mentías la primera vez, la segunda, mentías hasta 50 veces por día… Mariposas dañinas, negras, de picos afilados…

La última vez que te miré tenias la piel negra, me picoteabas los pies comprobando si aún seguía viva, y ante mi grito de dolor por los pinchazos me mirabas sonriente desde abajo y dirigiéndote a tu grupo de cuervos decías...Ya le queda poco


Una noche, aprovechando San Juan, hice una hoguera grande y mientras dormian, los cogí, a puñados y los eché dentro...¡Como salpicaban y se deshacian! como aspirinas!


Desde entonces, guardo en el cajón mariposas, que mueren en dos dias, no cagan en mi bañera y no me tengo que preocupar por su comida...


2 comentarios:

interpreta-sones dijo...

a la hoguera! hizo usté bien. pero cuidado con las mariposas también eh? que en el fondo son unos gusanos (si es que ya no puedes fiarte de nada)

Sputnik dijo...

Pero es que es tan bonito confiar...Y tan divertido hacer una hoguera...!!!

Vigilaré muy de cerca a esas mariposas engañosas. Gracias

 
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