1/28/2008
Ya me encargo yo de mis rutinas.
No quiero que anuncien desodorantes por la tele como dando por hecho que los voy a utilizar.
Y tu que sabes tio listo, si no me conoces
No me gusta que me impongan habitos porque quizá no me habitue a ellos
No me gusta que la vida se convierta en algo cotidiano, que me propongan estilos para hacer la espera más soportable.
Porque no espero nada, ni siquiera la muerte.
No la espero porque no la echo de menos, aunque quiza me guste, al no haberla probado...me parece arriesgado emitir juicio alguno, temerla o no desearla.
El mismo miedo da pensar en ella. Y todo porque no me la presentaron, porque lo hacemos mal, lo unico que sabemos que sin duda alguna tendremos al final de nuestra vida, sera la muerte, y ni nos preocupamos en conocerla ni en preguntarle.
Y seguimos asi, ocupandonos de lo que ya conocemos, de lo que ya sabemos que hay,y para no complicarnos, haciendolo igual que todos los demás.
Creo que nos estamos distrayendo. Que la vida son solo los creditos antes del primer acto. Y asi nos quedamos, contemplando y comprando desodorante.
No quiero rutinas, sino hábitos, los mios, los buenos, los que nadie entiende...Pero es que no hay nada que entender,si alguna vez me preguntase el por qué de ellos, me volveria loca.
¿Por qué antes de beberme una cocacola de lata le quito la chapa?Pues porque es mi estilo.
¿Por que pego todas las pegatinas que encuentro en la puerta de la nevera? porque acostumbro a ello. Como cuando de entre las vetas de los azulejos dislumbro un rostro (o algo) y lo repaso con edding. Porque son mis costumbres
Porque mis costumbres son necesarias para crear equilibrio en mi. Pero son modificables. Soy de costumbres cambiantes. El hábito de lo inesperado y lo sorprendente.
A veces me conduce a error. Lavar el cuarto de baño ( no por rutina sino por necesidad) con champú...no fue buena idea. Deje de intentar quitar tanta espuma y optar por el "dejarlo estar"
Y me va bien! A parte de no tener cuatro manos, para aplaudirme con dos mientras hago malabares con las otras, no tengo ninguna queja hasta el momento.
2 comentarios:
¡ Y que bien las rutinas! ¿sabes? A mi me gustan. Me permiten distraerlas para cosas extraordinarias... Y lo importante es que hacemos lo que hacemos de manera extraordinaria: lavarnos las manos, fregar la bañera con lo que nos de la gana, con lo que surja...
¿ No te parere que la bañera queda más reluciente cuando nos duchamos o nos bañamos junto a la persona con la que hemos hecho el amor momentos antes (yo creo que la bañera queda con berretes si lo que sólo se ha hecho es echar un polvo)....
Me gusta romper rutinas... y por eso no me importaría guardar las chapas de cocacola bebidas a sólas.
A mi me pasó hace tiempo que me asociaban con el tiempo de una chapa cocacola...¡ me sentó fatal...porque no entendían nada de mi tiempo! Por eso cambié y me encanta tomarme cocacola quitando la chapa, tirarla al suelo y mirar a mi alrededor las risas de la gente que se siente feliz.... Y tomarme un té, y muchos tés con quien me da la gana que es la gente que más me gusta....
Y para eso rompo con la rutina de cada día, para estar con los locos de otra forma; para mirar a la gente que va y viene en metro: unos cansados, otros con sueño. Los más buscando con la mirada, algo que no se sabe. Pero que si lo encontrase...¡ hay si lo encontrase!
Rompiendo la rutina de las miradas, vas, y descubres lo que siempre has esperado.
Rompiendo la rutina, he leído unos versos de León Felipe. Escribiré algo de este paisano insigne un día de estos, para eso, para salir de la rutina de escribir versos... y decir los que León Felipe me enseñó cuando yo me dedicaba a luchar contra la rutina en la clandestinidad.... Tu, todavía eras un proyecto bajo las estrellas.Lo mejor de una rutina.
Hasta mañana
Las rutinas son interesantes, sobre todo cuando cambian sin que nos demos cuenta. Algunas hasta son recomendables, otras no tanto, las hay noctambulas e incluso están las secretas. Lo raro de una rutina es que deje de serlo, también sin que nos demos cuenta, y como reza el dicho, mejor no lo digo... Entonces, es como hacer el amor y no esperar otro amanecer, o sentir un osculo del cielo sin esperar las estrellas, en fin. Pero veces eso es lo que cambia el tiempo, nuestra mirada e incluso nuestro semblante. Un saludo.
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