5/08/2008


Al romperse la pared cayó la ultima pestaña,

Veinte ventanas construídas machacando la pared de agujeros sin órden para encontrar la vista que no hallaba

Otra ventana más, solo otra y aún asi esperaba que con la siguiente pudiese obtener el placer que esperaba.


Después de construida, corriendo, se acercaba, la observaba, no habia nada, claro, solo lo que ya le mostraban las 20 anteriores ventanas, crueldad desvalijada de realidad


Él ya lo sabia y aún asi seguía, picando yeso duro, seco, picando anhelos, destrozando esperanza

Otra ventana. La ultima se decia, toda la casa picoteada de miradores sin visillos, sin persianas, sin marco, sin vista, sin nada.

Agujeros de oscuridad vacios, agujeros de nada, no hallaba lo que buscaba, no dandole más oportunidades a esa casa apagada


Ansiaba ver, y con cada hueco abierto, otra pestaña, y el suelo lleno de pestañas y escombros

Un vendedor de ventanas con vistas para gente desolada, eso era lo que necesitaba.


Compró justo la que encajaba para tapar todo aquel destrozo, tan bonita, tan perfecta que no se acordó jamás de haber perdido el tiempo buscando lo que no estaba


Ventanas para evitar enfrentarnos a la vida de cara, creadas en el encierro de una casa porque da demasiado miedo salir a la calle sin paredes protegiendonos. Compra todas las ventanas que quieras, mira a traves de ellas escondido desde tu morada. Nadie le habla a las ventanas

1 comentarios:

interpreta-sones dijo...

envuelto en metacrilato opaco. inmóvil en su casa-pecera.
mal asunto
(buen relato)

 
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